Fue principalmente a partir del siglo XV que Azeitão ganó prestigio, con la instalación de familias nobles. Las alquerías, palacios y fuentes que salpican este territorio dan testimonio de aquellos tiempos.
Hoy, es digno de la paz bucólica, el peso de la historia evidente en cada edificio, la amabilidad de los habitantes y, en particular, las experiencias gastronómicas que ofrece.
Los paseos hay que hacerlos a pie, ya que los pueblos invitan a caminar y merece la pena sentir el ritmo tranquilo del campo.
Vila Fresca de Azeitão vale la pena por sus calles cuidadas y casas floridas, talleres de artesanía y la fuente del pueblo. También vale la pena visitar la Iglesia de S. Simão, rica en patrimonio azulejero, característico del siglo XVII. El muro justo al lado es uno de los límites de la Quinta da Bacalhôa, donde se encuentra el palacio del mismo nombre.
Pasando a Vila Nogueira, el Palacio de los Duques de Aveiro, la Iglesia de S. Lourenço, la Fonte dos Pasmados y la casa-museo de la bodega José Maria da Fonseca merecen sin duda una visita con buen ojo. Pero el auténtico encanto del pueblo está en las calles que huelen a campo, con varias tiendas de artesanía, en particular hojalateros, que adornan las aceras con los productos a la venta.
La Praça da República, más conocida como Rossio, donde hay una estatua en honor del poeta y pedagogo de Azeiton, Sebastião da Gama, es un agradable lugar de ocio, a la sombra de altos plátanos.
Piérdete en las otras calles, por ejemplo en la tranquila Rua de Aldeia Rica, donde un intenso aroma a flores embriaga todos los sentidos. Ingrese a una de las pastelerías y pruebe uno de los dulces tradicionales, entre los que se destacan las empanadas y los “esses” de Azeitão.
Déjate llevar por los encantos de las bodegas que producen algunos de los mejores vinos del mundo.
quinta de alcube
Tinto, blanco, monovarietal o mezclar. Desde una Touriga Nacional hasta un Syrah, la mejor manera de catar los vinos que nacen en la Quinta de Alcube es acercarse hasta allí y completar la experiencia de cata explorando el entorno donde se producen.
Visita este increíble lugar y conoce los procesos de transformación desde la uva hasta la botella. Visitar esta finca es sumergirse efectivamente en el espíritu de esta familia que logra producir algunos de los mejores vinos de la región con una dedicación única que comienza con la variedad de uva y continúa hasta la degustación.
José María da Fonseca – Casa Museo
Fundado en 1834 y con una fachada y jardines de singular belleza, siempre estuvo asociado a la imagen de la marca José Maria da Fonseca. 200 años de historia de una de las familias vinícolas más conocidas cuyo nombre transporta Portugal a todos los rincones del mundo. Pruebe vinos icónicos y algunas de las últimas innovaciones en vinos.
Bodega y Palacio Bacalhôa
Visitar el Palacio de Bacalhôa es como viajar por la historia de Portugal, visitar un jardín impresionante y viajar entre muros a través de un cuento de hadas. Nada como terminarlo con una visita a los viñedos, el museo, el Jardín Japonés -en el que se exponen parte de la finca del escultor Nizuma y el árbol Kaki, bisnieta del único árbol que sobrevivió a la bomba de Nagasaki- y el historia del azulejo mientras se sienten los aromas de la moscatel y también se experimentan las diferentes colecciones y piezas etnográficas, algunas de ellas de valor monumental inigualable y reconocidas internacionalmente.
Quinta de Catralvos – Fincas Malo Tojo
Una finca y bodega al pie de la Serra da Arrábida, promueve los aromas del vino en armonía con momentos de relax donde se privilegia el medio ambiente y la sostenibilidad y donde destaca la propia depuradora no contaminante de aguas residuales, y la producción integrada donde el método implica el aprovechamiento de productos exclusivamente naturales en la elaboración del preciado néctar. También cuenta con una unidad de alojamiento y espacios para eventos para quienes quieran dejar una fecha inolvidable en su biografía.
Quinta de las Torres
A las puertas de Azeitão, esta masía del siglo XVI destaca por sus imponentes torreones y su gran patio exterior con una de las fuentes más bellas de la región. La hiedra cubre los muros de la casa con vistas al lago de 900m2, donde destaca el pabellón en forma de templo, cuya cúpula se sostiene sobre doce columnas. Es uno de los lugares más buscados para eventos y en una visita a este idílico espacio entenderás rápidamente por qué es tan fascinante.