Los delfines nariz de botella están homenajeados en la obra del escultor Carlos Andrade, en 250 toneladas de piedra de mármol blanco, con unas dimensiones aproximadas de 15 metros de ancho, 2 metros de profundidad y 4 metros de altura. La escultura representa artísticamente los hermosos movimientos de los delfines, los habitantes más famosos del río Sado.