Atracción turística imprescindible, el Fuerte de São Filipe fue en su día un importante bastión defensivo y de control de la ciudad. Aunque los historiadores no son unánimes en cuanto a la fecha de inicio de la construcción, se dice que la fortaleza se construyó en 1582, cuando el rey Felipe II visitó Setúbal.
El Fuerte de São Filipe es el resultado de las órdenes del monarca español Felipe II sobre la fortificación de la línea de costa que protege Setúbal y la desembocadura del río Sado. Atribuido durante muchos años a Filipe Terzi, actualmente se sabe que fue proyectado por el Capitán Fratino en 1583, estando compuesto de planta poligonal irregular, en estrella de seis puntas con seis baluartes, y en fuerte pendiente sobre el mar, siendo protegido por el lado norte por una segunda línea amurallada. Según los trabajos de Rafael Moreira, es un esquema que podemos presenciar en el castillo de Santelmo, en Nápoles (MOREIRA, 1986, p.149).
El Fuerte de São Filipe, más a menudo llamado fuerte o fortaleza, tuvo un protagonismo táctico en el refuerzo de la línea de defensa de la costa portuguesa, acosada por los piratas del norte de Europa y de África.
Desde las murallas del fuerte se puede disfrutar de una de las vistas panorámicas más impresionantes de la ciudad y la bahía.
También hay una pequeña capilla rectangular juanina. Las paredes interiores y el techo abovedado están completamente cubiertos de suntuosos azulejos, algunos de los cuales cuentan la vida de San Felipe. En el techo abovedado se admira el escudo real en una intensa composición barroca. En la capilla principal, muy discreta, con un altar de tallas de madera doradas, hay pequeños paneles de tema mariano, fechados en 1736 y firmados por el maestro Policarpo de Oliveira Bernardes. Visite y embárquese en la historia de este increíble lugar.
También es un lugar perfecto para tomar una copa con vistas a una de las bahías más bellas del mundo.
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